Carolina ahora tiene 17 años, vive con sus tíos, durante estos 5 años ha estado aislada de ellos, de sus amigos, de la gente, del mundo.
La mayor parte de esos 5 años se las paso intentando investigar lo sucedido, estaba absolutamente convencida de que alguien o algo los mato, pero no encontró nada.
Tardo casi 2 meses en volver al instituto, por las noches tenia horribles pesadillas; y lo peor de todo es que no podía ver a su tía a la cara, le recordaba demasiado a su madre.
- Tíos, me quiero ir de aquí, quiero olvidarme de todo - estaba completamente segura de lo que quería hacer
- Me parece bien cariño- dijo su tía mientras fue a darle un abrazo.
Era la mejor decisión que había tomado desde hace mucho tiempo.
Quería irse a un sitio tranquilo, que le permitiese olvidar, volver a ser ella, pero sobretodo olvidar.
Ese sitio era...
Canadá.
* * *
8 horas metida en el avión, estaba un poco agobiada, demasiada gente.
Era precioso, maravilloso, nunca había viajado y menos a Canadá.
-¿Te gusta? - le pregunto su tío.
- Si - dijo, intentando sonreír
Por fin llegaron a casa.
Los tíos tenían una casa en Canadá es fue una de las tantas razones por las cuales Carolina quería ir.
Estaba agotada, se fue a dormir además, ya era tarde.
Cuando despertó no tenia ánimos de levantarse, pero lo hizo por su familia.
Se vistió y bajo a desayunar.
Sus tíos se iban a hablar con la directora del nuevo instituto que le habían buscado.
- Carol, ¿no te quieres venir? - les preguntaron sus tíos
- No, me quiero ir a dar una vuelta - dijo ella
A los 10 minutos, después de desayunar, cogió su bolso y se fue como bien dijo, a dar un paseo.
No temía a perderse, había pasado por tanto que eso no era nada.
Hacia muy buen tiempo y había mucha gente, sobretodo extranjera.
Al parecer a lo lejos había unos tenderetes. Se acerco, habían collares, gente vendiendo cuadros...
Fue a ver unos collares que le habían llamado mucho la atención y de repente una señora ya mayor, empezó a decir unas palabras imposibles de entender.
- Ten cuidado, ¡correras un gran peligro! - dijo la anciana.
- ¿Que dice? - dijo Carolina
La señora fue y le dio un colgante, era una especie de talismán, Carolina no entendía nada. Cuando fue a hablar con la señora, ella ya no estaba en cambio había un señor
- ¿Se lo va a llevar señorita? - dijo el vendedor
- esto... si por favor - estaba desconcertada, ahora si que no entendía nada.
Se fue a un parque y se sentó en un banco:
- Alomejor han sido imanaciones mías - se decía ella - si, seguro que han sido imanaciones mías.
Guardo el colgante en el bolso y se fue hacia casa.
Cuando llego, la tía estaba haciendo la cena y el tío estaba viendo el partido de fútbol.
Me senté a ver el partido con él, solía hacerlo con mi padre y mi hermano pequeño siempre que jugaba el valencia, desde entonces...
Me encanta, me da mucha lástima Carolina...Pero lo mejor que ha pensado es Empezar de nuevo.
ResponderEliminarTe sigo!
Besos, Elenna :)
gracias! :D
ResponderEliminarte sigo :)
ResponderEliminarme gustaa! y todas las fotos ahí de antena3 jejje ;) tienes buen ojo
un besoo!! ^^
Buen blog!! Te sigo además la historia es muy buena..joo pobre Carolina ,si yo llego a ser ella me tendrían que meter en un psicólogo ...
ResponderEliminarBueno que te sigo!! :)
Me ha gustado mucho, el principio ha sido bastante emotivo. Tengo ganas de saber cómo continuará :) Te sigo yo tambien. Un placer tenerte por mi blog jeje
ResponderEliminarBesooos
Me encanta paula pon mas capitulos son geniales
ResponderEliminarGracias X visitar mi novela!! M encanta la tuya! Ya soy segui!
ResponderEliminarHttp://el-regaliz-rojo.blogspot.com/
Hey esta muy bueno!! Se ve que tienes algo realmente buno entre manos!! No puedo esperar a saber que paso!!
ResponderEliminarTienes razon, me gusto este sitio ^.^
Gracias por visitarme, besos!! <3 <3
ye te sigo =)