Se quedó dormida en casa de Lucas, les daba pena despertarla, y mas de lo que pasó ayer.
Su tía le trajo ropa y alguna que otra cosa.
- Buenos días dormilona - le dijo Lucas con una gran sonrisa.
- Hola - dijo Carolina medio dormida.
Se levanto de la cama mientras Lucas fue a traerle el desayuno.
-No hace falta - dijo Carolina al ver que Lucas le traía el desayuno en la cama.
-Dejame, - dijo Lucas - encima que res la primera chica desde hacer mucho tiempo que duerme en mi casa.
- ¡Oh! que considerado.
- Acabatelo rápido que quiero enseñarte un sitio - le dijo Lucas.
-¿Me va a gustar? -Pregunto Carolina.
-No - le respondió Lucas -te va a encantar - añadiendo una sonrisa.
Se dio prisa, se vistió con la ropa que le habia traído su tía, era la ropa que se había comprado ayer y se pinto un poco. Estaba realmente guapa, preciosa, y al salir Lucas se lo dijo.
No sabia donde estaba y eso que en verano se recorrió toda Canadá.
Lucas tenia razón, le encanto.
Estaba rodeada de una salvaje naturaleza, era un lugar extenso, luminosos, con animales correteando por el verde prado y con hermosas flores, eran margaritas de variados colores. Grandes arboles debido a tantos años. El cielo despejado con un esplendido sol y con algún que otro pájaro volando en el cielo. Parecía un lugar tranquilo, plácido, y es que lo era.
Carolina estaba sorprendida de todo aquello.
-¿Y este sitio? - dijo carolina asombrada - ¿Como lo has descubierto? ¡Es fantástico!
- ¡Sabia que te iba a gustar! - le dijo contento - Pues mi padre me llevaba aquí cuando era pequeño. Hacia años que no pisaba este sitio.
Carolina se estaba adentrando en el prado, contemplando todo con detalle.
Se tumbaron en el suelo mirando el cielo.
-¿Te puedo hacer una pregunta? es sobre tu familia - le dijo Lucas - pero si no quieres hablar sobre ese tema lo entiendo.
-Dime - le dijo Carolina.
- ¿Como se llamaban? - pregunto Lucas
- Mi padre se llamaba Mario, mi madre Jimena y mis dos hermanos pequeños Carlitos y Lucia
-Cuentame cosas de ellos y de ti - le pidio Lucas.
-Umm... es más de una cosa - se puso a reír Carolina - Siempre que hacían fútbol y sobretodo jugaba el Valencia me ponía con mi padre y mi hermano a ver el partido, nos pintamos la cara y nos poníamos la camiseta del equipo, siempre que jugaban en su campo íbamos a verlo ahí y nos poníamos a chillar como locos cuando metían gol o ganaban - Al recordarlo se puso a reír - y los fines de semana cuando estaba perezosa me costaba levantarme de la cama y siempre venían mi hermana y mi madre a hacerme cosquillas ¡Me levantaba corriendo! - era la primera vez en estos últimos 5 años que al hablar de ellos se reía y sonreía - y en Navidad siempre nos reuníamos toda la familia y lo que nunca faltaban eran risas.
Carolina no paró de contarle a Lucas cosas de ella y de su familia.
Se levantaron para irse, Lucas empezó a andar creyendo que Carolina le seguía detrás.
- Qué, ¿soy o no soy un buen psicólogo?
Carolina fue corriendo y se subió a su espalda
-Un muy buen psicólogo - dijo riéndose y le dio un beso en la mejilla.